Por el barrio quedan trozos de historia. Escondida entre las piedras y las tapias.
LA CABAÑA .Es un barrio en la falda del monte Naranco. Hablé primeramente con Olvido Secades. Vivía con su esposo y sus hijos: José Suárez, de doce; Encarnación, de diez, y María Luisa, de dos y medio. Se habían refugiado todos en una casa próxima al merendero llamado de “Los Monumentos”, la cual pertenecía a Enrique Rodríguez, empleado del Ayuntamiento y más conocido por “el Consumero”. Hacia las dos de la tarde llegaron las repetidas fuerzas y llamaron a la puerta; tras de saquear la casa, obligaron a salir a la calle a cuantos la ocupaban. Entre los detenidos figuraban Laureano González –ex esposo de una señora con quien hablé-, y de treinta y cuatro años, labrador (siguen cinco nombres más). Todos fueron fusilados en las inmediaciones de la parte exterior del cementerio. Se llevaron una cartera con 400 pesetas, 10 duros en calderilla, una máquina fotográfica y hasta una guitarra. En una zona del mismo barrio, llamada de «La Matorra», Parroquia de San Pedro de los Arcos, me entrevisté con Filomena García, viuda de José Martínez Menéndez. Se hallaba en su casa el día 13, y en ella estaban refugiados otros vecinos, la mayor parte mujeres, los cuales, como observé frecuentemente, abandonaban sus domicilios ante el tiroteo de las fuerzas a los mineros y se unían a otras familias cuyas casas ofrecían más seguridad. José Martínez, al oír que llamaban a su puerta, salió a abrir y recibió un tiro. Anduvo unos pasos y cayó muerto. Su casa fue desvalijada.Casado hacía poco tiempo, se le llevaron regalos de boda; relojes, sortijas, 22 duros en plata y 1.000 pesetas y pico en billetes.
No relata el dicente otros hechos que aquellos que le fueron referidos por testigos presenciales, y entre éstos no cita sino a quienes para ello prestaron su conformidad. DE PROPOSITO RECHACE TODA SUERTE DE RUMORES, noticias o datos de dudosa procedencia o difícil comprobación.
Por lo expuesto, y con el exclusivo propósito de servir a la justicia, SUPLICO a V. E. que, TENIENDO POR PRESENTADA ESTA DEMANDA, se sirva proceder como corresponda.
No relata el dicente otros hechos que aquellos que le fueron referidos por testigos presenciales, y entre éstos no cita sino a quienes para ello prestaron su conformidad. DE PROPOSITO RECHACE TODA SUERTE DE RUMORES, noticias o datos de dudosa procedencia o difícil comprobación.
Por lo expuesto, y con el exclusivo propósito de servir a la justicia, SUPLICO a V. E. que, TENIENDO POR PRESENTADA ESTA DEMANDA, se sirva proceder como corresponda.
VALENCIA a 4 de diciembre de 1934.
EXCMO. SR. FISCAL DE LA REPÚBLICA.»